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Lisandra López Sotuyo destaca en el panorama plástico cubano actual gracias a su versátil poética, personal e impactante, tan polisémica como fascinante. La obra de esta notable creadora (catalogada por la escritora francesa Rauda Jamís como «una Frida Kahlo moderna») haya cimientos en el concepto de salud para inmediatamente brotar, expandirse y ofrecernos una sui generis visión del ser humano en relación con el entorno y consigo mismo, con sus dolencias y esperanzas, sus patologías y malestares.

 

Lisandra tiene una habilidad innata para ennoblecer el sufrimiento, para urdir experiencias estéticas de altísima densidad simbólica, pero agresivas y dolorosas; imágenes, objetos u acontecimientos que, paradójicamente, nos seducen por su marcado lirismo. En su trabajo destacan el retrato del cuerpo humano lacerado y cicatrizado, el retrato de la objetería clínica y quirúrgica, los procesos fisiológicos inherentes a la naturaleza femenina, la infancia herida y violentada, el vínculo simbólico y físico entre artista y crítico, y los ejercicios de manipulación corporal previos al acto fotográfico. Dichos elementos, unidos a la evidente capacidad para dominar un amplio número de técnicas o procedimientos artísticos (fotografía, enviroment, videoarte, videoinstalación, escultura, performance, assemblage…), hacen de ella una creadora nata y multifacética, que ve en el acto creativo una tabla de salvación a la que se aferra con dientes y uñas para reflejar con profunda sinceridad su propia historia de vida.

LisanArt

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